En septiembre de 2019 la Academia Nacional de Medicina convocó a un foro sobre la corrupción del sector salud. Hubo presentaciones del Ministerio de Salud, la Superintendencia Nacional de Salud, la Contraloría, la Fiscalía, la Procuraduría… y de un académico, neurocirujano para más señas.
Fue una intervención más clara y más contundente que las cifras dadas por los organismos de control. Presentó la asociación entre la localización neurobiológica de la pérdida de la vergüenza y de cómo, a medida que se repiten los estímulos (sobornos aceptados), disminuye la culpabilidad.
Las columnas de Remberto Burgos, con una prosa agradable y punzante, muestran su profundo conocimiento de la neurofisiología en el cuerpo humano y de las conexiones sinápticas que nos han llevado a la corrupción, a la impunidad, a la desigualdad… a las que califica como las más serias enfermedades oportunistas de Colombia.